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Un entrenador es aquel que te guiará por este apasionante deporte, te enseñará a sobresalir en la cancha y te dará la pauta entre ser profesional o jugar por pasatiempo. Como jugador es fundamental seleccionar un entrenador acorde a tus objetivos y valores, de lo contrario los resultados podrían tardar en llegar.

Las necesidades de un jugador novato, son diferentes a las de un profesional, incluso si es un niño o un adulto. Cada jugador tiene un nivel diferente que cubrir, su exigencia y compromiso varían de acuerdo a la edad, la categoría y el físico. En lo que si deben coincidir los entrenadores es en su conocimiento sobre: las reglas del juego y los golpes básicos. 

Para seleccionar un entrenador es recomendable tener referencias, preguntarles a otros jugadores, ver un entrenamiento y tomar una clase de prueba. Es importante tener en cuenta los siguientes puntos:

1) Observar el juego de sus alumnos.

2) La elaboración de un esquema de entrenamiento, la impartición de lecciones y su capacitación continua. 

3) El nivel de juego que tiene un entrenador también determinará el conocimiento que tiene del deporte de raqueta. 

4) El record de juegos ganados de sus alumnos y sus propios números también es un parámetro de medición. 

5) Observar su comportamiento al interior y exterior de la cancha, incluso escuchar cómo le habla a sus alumnos, para tratar de ver qué tipo de valores fomenta.

Un entrenador, debe estar preparado y actualizado para poder impartir clases y favorecer el desempeño del jugador. En su capacitación deberá tener en cuenta una metodología aplicable a sus entrenamientos físicos en las que se trabaje: fuerza, flexibilidad y velocidad. Otros elementos básicos que el coach debe saber son: el desplazamiento en la cancha, tipo de saque, movimiento de raqueta, recepción, técnica y táctica.

Crear un programa de trabajo facilitará el desempeño de ambos, tanto para enseñar como para aprender.  Si el objetivo es convertirse en un jugador profesional, el entrenador es la pieza fundamental para su formación, sin embargo deberá estar apoyado por un equipo integral de profesionistas para abordar cada uno de los aspectos fundamentales de un deportista, por ejemplo: preparador físico, psicólogo, nutriólogo y fisioterapeuta.

Un entrenador honesto y profesional comparte su conocimiento con los pupilos, además  reconoce cuando su ciclo ha terminado; sus habilidades tienen un límite y les corresponde a ambos dialogar cuando es tiempo de cambiar a otro coach. El tener un programa definido les ayudará a alcanzar sus metas y por lo tanto calendarizar el final del proceso de entrenamiento, o en el caso necesario buscar otro entrenador que complemente la experiencia del actual.  

Sí como jugador llega un momento en que te sientes estancado, es momento de darle un giro a tu proceso de entrenamiento, está en tus manos buscar un nuevo coach para subir al siguiente nivel. Es recomendable la objetividad para seleccionar y cambiar un entrenador, no tomar decisiones precipitadas por el resultado de un partido, sino considerar el desempeño desde el primer contacto hasta la terminación de la participación en un torneo. 

La figura de un entrenador o coach ha cobrado tal importancia que incluso ya existe el llamado Coaching Empresarial, en donde el desarrollo de ser humano va de la mano con el alcance de los objetivos del negocio. El coach es una guía que acompaña, reflexiona, cuestiona y da las pautas para que cada quien recorra su camino. En el squash, la figura del entrenador tiene un papel similar.

La disciplina, la formalidad, la puntualidad, el compromiso y el respeto por el rival, son valores que cada deportista debe tomar en cuenta para sí mismo, en consecuencia con el entrenador que elijan. La honestidad ante sus acciones dentro y fuera de la cancha harán un deportista integro, las marcaciones de un arbitraje pueden ser determinadas por una afirmación o negación del jugador en acción.  

El aspecto psicológico no se debe dejar a un lado, si bien esta parte le corresponde a un especialista, cuando apenas inicia su carrera como deportista y no se cuenta con un equipo completo el entrenador tiene en sus manos apoyar emocionalmente a sus alumnos. Al coach le corresponde enseñarles a trabajar bajo presión y en un esquema en donde ganar o perder un partido será utilizado a su favor; aprender de los errores y reconocer los aciertos ayudará a la formación del carácter de cualquier jugador. Finalmente el desempeño de un deportista dependerá del compromiso que tenga con la actividad que le apasione.