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- Desde las americanas hasta las inglesas, el camino del squash en México.

- “En el squash el contrincante está muy cerca es una confrontación de inteligencia y de poder físico”.

Javier Terán ha vivido de cerca toda la historia del squash en nuestro país, lo practicó a un gran nivel, conoció el sabor de la victoria en él, además ha sido emprendedor en varios rubros dentro de esta disciplina y por si fuera poco es el padre de la mejor jugadora de nuestro país, Samantha Terán.

“El deporte llega a México por un amigo mío, Carlos Sandoval, estudiaba en Harvard en ese momento, los años no los tengo bien ubicados, pero estamos hablando de 68 o 69 -después corroboramos mediante un recorte de periódico que era 1970-, me dice hay un deporte fabuloso en Estados Unidos, que se llama squash y tú lo puedes hacer muy bien, me comenta. Porque en ese momento yo practicaba frontón para rehabilitarme de un accidente automovilístico que tuve, me estrellé en el autódromo, me lastimé la columna y los médicos me mandaron a jugar frontón”.

“Comenzamos a indagar entonces, la raqueta adecuada, que no la vendían en México, medidas de la cancha, etcétera; logramos localizar a la familia que jugaba squash en México, casi a escondidas porque nadie sabía nada de ese deporte -que habían hecho una cancha en su casa-, así es, era la familia Villafranca, los fuimos a buscar y nos dieron muy buenos comentarios pero fueron un poco cerrados y decidimos hacer un club.

En el Pedregal de San Ángel, en la calle de Niebla para ser exactos, ahí estaba una cancha casi subterránea.

Así es, cancha americana, no sabía que existían las inglesas, entonces comenzamos a investigar y tomamos la idea de hacer un club de squash, 5 canchas americanas en Bahía de Magdalena 88, existen todavía, nos asociamos con gente que conocía de construcción, hicimos tratos, salió el Squash Bol Club. 

No existía algo completamente… 

Hola, ¿Cómo estás? Bien, perdón, no los interrumpo, la figura de la mejor jugadora de nuestro país ingresaba a la oficina y saludaba a todos los que estábamos presentes.

Retomamos la plática, “nunca nos hablan de que hay unas canchas inglesas, pensábamos sólo en las americanas y es que nosotros nos sentíamos pioneros de ese deporte, pero no, resulta que también existe una familia Sánchez, que sus representantes más fuertes eran Carlos Sánchez y Raúl Sánchez, Carlos es el papá de Mario Sánchez (también entrevistado en squash.com.mx), el gran jugador, entonces era la familia Villafranca y la familia Sánchez, pero nosotros los tuvimos que descubrir porque ellos no salían a la luz.

“Yo me siento, de alguna manera participe de las primeras selecciones que fueron a los Estados Unidos, en donde también Mario estuvo, aunque muy joven, en ese momento el equipo más exitoso es en donde está Pepe Mussi, Isaac  Iren, Juan Méndez, Elías Zacarías y yo, cinco integrantes que vamos a Canadá y ganamos al equipo local, vamos a Estados Unidos y quedamos subcampeones, pero al siguiente año logramos el campeonato inter-colegial, que lo consideraban como un mundial pues nadie jugaba más squash americano”.

“Entonces nosotros nos sentimos con el título de campeones del mundo, se hizo una gran publicidad, recibimos premios, nos mencionaron por todo México como los campeones del mundo de squash pero pues, mmm, nosotros no lo provocamos, creímos que eso era todo en el mundo, el squash en canchas americanas”.

“Pasa el tiempo y nos enteramos de que aparte de que jugamos con una pelota dura, muy rápida, con una raqueta de una naturaleza que no era propia para jugar con esa pelota, en una cancha que no era la oficial mundialmente, entonces ¿Se nos caen nuestros títulos o seguimos siendo buenos jugadores? Bueno, seguimos siendo buenos jugadores, pero esos títulos ya no son tan importantes mundialmente”. 

“Yo recorrí varios deportes, como el automovilismo que es terriblemente emocionante y atractivo, el squash es apasionante, porque a parte del esfuerzo físico es mental, usted debe oxigenarse y preparase bien físicamente, la preparación física y mental me atrajo muchísimo, pensar donde estaba la pelota y el contrario, me gustó mucho esa parte, todos los demás deportes me parecen automatizados, en el squash el contrincante está muy cerca es una confrontación de inteligencia y de poder físico”.

Testigo de la gestación y desarrollo de esta disciplina en nuestro país, Javier Terán nos seguirá contando en la segunda entrega sobre el deporte que en gran medida el ayudó a sembrar en esta tierra.